En nuestra vida debemos tender a la santidad. Es por eso que para lograr la santidad tenemos que ayudarnos de los buenos propósitos que trataremos de cumplir, no sólo para nuestro bien personal, sino también para el bien de todos nuestros hermanos y la gloria de Dios.
Todas nuestras acciones y oraciones debemos hacerlas por amor a Dios, y es bueno que formulemos propósitos. Por ejemplo podemos hacer el propósito de rezar el rosario todos los días, si es que no lo rezamos.
Muchas veces hacemos propósitos al terminar un retiro espiritual, pero los mismos quedan en el cuaderno donde los anotamos y ya no nos acordamos de ellos. Por eso yo propongo este otro método: Anotarlos aquí en el TABLÓN DE PROPÓSITOS, porque así se rezará por ellos, y las Misas serán ofrecidas también por los mismos para obtener fuerzas para cumplirlos.