Donde está María, está Jesús.
Si somos almas sedientas que buscamos a Jesús, debemos saber que lo encontraremos con seguridad en el seno de María. También los pastores en Belén buscaban a Jesús, y lo encontraron junto a María. Los Reyes Magos hicieron otro tanto y también hallaron al Señor en los brazos de su Madre. Esto no es casualidad ni el Evangelio lo narra así por capricho. Este es un gran misterio para que nosotros busquemos a María para encontrar a Jesús. Pidámosle a María que nos preste su Niño para que nos alegre la vida y nos traiga toda clase de bendiciones a nuestra existencia.
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