Otro Cristo.
Por fin, un Amigo de la Cruz es un verdadero porta–Cristo, o mejor, es otro Cristo, que puede decir con toda verdad: Ya no vivo yo, vive en mí Cristo (Gál. 2, 20).
(De la “Carta a los Amigos de la Cruz”, de San Luis María Grignión de Montfort)
Comentario:
Los Amigos de la Cruz debemos seguir las huellas de Nuestro Señor Jesucristo, porque Él es el Camino, y debemos caminar por donde Él caminó, entonces sí que daremos muchos frutos, porque sin el Señor no podemos hacer absolutamente nada, en cambio con Él podemos hacer mucho, todo, y daremos frutos de vida eterna.
Jesús nos ha dicho que el único camino que lleva al Cielo es el camino regio de la Cruz. Y Él, que tiene piedad de la debilidad de los hombres, nos hubiera avisado si en realidad hubiese existido un camino alternativo. Pero no nos avisó, sino que nos reafirmó esta verdad, y Él mismo lo recorrió primero y bebió hasta el fondo el cáliz de dolor. Nosotros debemos hacer lo mismo, sin innovar ni querer hacer de modo distinto a como hizo el Maestro, porque de lo contrario correremos el riesgo no sólo de no salvar a otros hermanos, sino ni siquiera de salvarnos nosotros mismos.
Tenemos que hacer como lo niños, que gustan poner sus piececitos en las huellas de sus padres. Así también nosotros debemos poner nuestros pies en las huellas ensangrentadas de Jesús, y caminar tras Él.
– Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
– Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.
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