(Sección especialmente dedicada a los Apóstoles de la Divina Misericordia)

Actualizado el domingo 1/SEP/24

Fragmento del Diario de Santa Faustina Kowalska,
"La Divina Misericordia en mi alma", con comentario

Lo eterno.  

107  Oh Dios mío, he conocido que no soy de esta tierra, el Señor me lo ha inculcado en mi alma, [en] alto grado.  Estoy presente más en el cielo que en la tierra, aunque no descuido en nada mis deberes. 

Comentario: 

No estamos hechos para vivir eternamente en esta tierra de sombras, sino que nuestro corazón anhela lo infinito, lo eterno, lo inmutable, a Dios en definitiva, que es la felicidad sin límites. Por eso en este mundo los bienes materiales no pueden llenar al hombre. Deseamos tener un auto y creemos que cuando lo tengamos seremos felices. Cuando alcanzamos el objetivo descubrimos que queremos otra cosa y que no estamos satisfechos. Es porque nuestra alma tiene hambre de infinito, fue hecha para Dios, el Único que la puede colmar y desbordar. Por eso vivamos en este mundo, cumpliendo nuestros deberes de estado a la perfección, pero con el pensamiento y el corazón puestos en el lugar de delicias que nos espera si somos fieles a Dios.

Jesús, en Vos confío.

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