Según las obras.
Por consiguiente, ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús. Porque la ley del espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte. Pues lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne, a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu. (Rm 8, 1-4).
Comentario:
Ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús. ¿Y quiénes están en Cristo Jesús? Los que están en gracia de Dios, es decir, los que no viven en pecado mortal. Ya lo dice Jesús en el Evangelio: “Sin mí, nada podéis hacer”, “Permaneced en mí, como yo en vosotros”. Entonces de esto debemos concluir que si creemos en Cristo pero no cumplimos sus mandamientos, nuestra fe es un engaño, está muerta, porque la fe sin obras está muerta. Con el obrar agradable a Dios demostramos nuestra fe. Porque como dice el dicho popular: “Obras son amores y no buenas razones”. Y recordemos también que el Señor, cuando venga en su gloria, pagará a cada uno según sus obras.
¡San Pablo, ruega por nosotros!
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